Hambre de aire
- María Simó
- 1 jul 2017
- 2 Min. de lectura
En esta ocasión especial, como un homenaje a los diez años de la Semana Más Corta, decidimos llevarte a un viaje por algunos de los cortometrajes y documentales más impactantes de esta décima edición.
Vivimos en una isla construída en desigualdades, con hambre de justicia, de pan y de aire. Con un hueco en nuestros estómagos y en nuestros corazones que nadie llena, porque sabemos nuestros derechos pero no salimos a luchar por ellos. Y terminamos dejando que la bandera sea solo en el viento y no en nuestros pechos.
Hambre de aire es el cortometraje dirigido y producido por María Muñoz y Catherine Tavárez, inspirado en un poema de Manuel del Cabral y presentado en la noche del jueves de la Semana Más Corta.
Verlo fue una experiencia en la que las emociones se adueñaron de mi mente y me quedé sin palabras pero con silencios de esos que llenan el alma. No solo por el increíble guión con el que contaba esta producción de una historia tan compleja que involucraba tantas situaciones y personajes que al final se entrelazaban unos con otros; sino por lo bien realizada y cuidada que estuvo.
Contó con múltiples locaciones que lograron recrear a perfección la historia, haciéndola sentir tan real como lo es. La dirección de arte se merece el respeto de todos los que disfrutamos de esta pieza, ya que fue increíblemente lograda desde la oficina del presidente hasta el barrio en el que vive el policía. Pensaron en detalles tan sencillos pero determinantes como en la camiseta que llevaba el protagonista cuando finalmente se atreve a luchar en la calle, la cual tenía la cara de Che Guevara, líder de la Revolución Cubana.
Las actuaciones fueron también impecables, ya que cada actor logró representar increíblemente a sus personajes, transmitiendo todo el sentimiento del que la historia estaba llena. La actuación de la sirvienta del presidente, quien resulta ser la madre del protagonista, hizo al final que mis ojos y los del público, se llenaran de lágrimas.
Al final todos quedamos con el sentimiento que describe Manuel del Cabral en su poema "Habla Compadre Mon", cuya frase da fin a este audiovisual: "Algo yo tengo en el cinto que estoy como está la isla, rodeada de peligro. Sí, señor, mi cinturón: ola de pólvora y plomo. Aquí la isla soy yo." El cortometraje acabó, pero nuestra lucha no.
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